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Dile al Mundo Quién Eres


Hoy les comparto una motivadora historia, para esos momentos vulnerables de la vida. Es el relato de un hombre que un día en medio de la desesperación decidió darse por vencido, dice así:

"Un día decidí darme por vencido, renuncié a mi trabajo, a mi relación, a mi espiritualidad. Quería renunciar a mi vida. Me fui al bosque para tener una última charla con Dios, y le dije: ¿Podrías darme una buena razón para no darme por vencido? Su respuesta me sorprendió: 'Mira a tu alrededor', él dijo: ¿ves el helecho y el bambú?, 'Sí', respondí...

El helecho rápidamente creció, su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla del bambú. Sin embargo no renuncié al bambú. En el segundo año, el helecho creció más brillante y abundante...

En el tercer año, aún nada brotó de la semilla del bambú. Pero no renuncié, me dijo. En el cuarto año, nuevamente nada salió de la semilla del bambú. Y no renuncié, me dijo...

Luego en el quinto año, un pequeño brote salió de la tierra. En comparación con el helecho, era aparentemente muy pequeño e insignificante. Pero sólo seis meses después el bambú creció más de 100 pies de altura. Se la había pasado cinco años echando raíces. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir...

'No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudiera sobrellevar'. Él me dijo: ¿Sabías que todo este tiempo, que has estado luchando, realmente has estado echando raíces?...

'No renunciaría al bambú, nunca renunciaría a ti, no te compares con otros, tu tiempo vendrá', Dios me dijo: ¡crecerás muy alto!, ¿qué tan alto debo crecer?, pregunté, ¿qué tan alto crecerá el bambú? me preguntó en respuesta, ¿tan alto como pueda? indagué".

Espero que estas palabras de aliento puedan ayudar a comprender que Dios nunca renunciará a ti. Alguien dijo: "Los buenos días nos dan felicidad, los malos días nos dan experiencia, ambos son esenciales para la vida. La felicidad te mantiene dulce, los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano, las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante, pero sólo Dios te mantiene caminando".

Amigo lector, dice el verbo libre: "nunca, nunca, renuncies a tus sueños, persíguelos apasionadamente y si no los consigues, no importa, el solo recorrer ese camino habrá valido la pena vivir y ojalá que el sueño que persigas sea el sueño imposible". Recuerda, crecerás muy alto, no renuncies, tú vales más de lo que te imaginas. Sé tú mismo y ¡dile al mundo quién eres!...

Hasta la próxima.

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